La Ruta de la Marjal consiste en un compendio de elementos que representan la actividad y el paisaje del marjal, basada en el cultivo del arroz y relacionada con tradiciones como la pesca de la anguila y el All i Pebre, la Vela Latina o Sant Pere al Port. 

En conjunto, es una selección del patrimonio etnológico vinculado al marjal que nos permite comprender la historia económica y social de la localidad.

Paradas

Parada 1: Escuela de Capataces.

Actualmente, este edificio es una escuela de capataces, es decir, un instituto de formación profesional agraria. Ubicada en las proximidades del Puerto de Catarroja y a 2 kilómetros del casco urbano de Catarroja, la Escuela de Capataces no siempre desempeñó esta función. Sus instalaciones, a las cuales se accede a través del antiguo camino del puerto, datan de 1956. Sin embargo, antes de constituirse como escuela con la inauguración de Franco en su visita al Puerto, este conjunto de edificios fueron una fábrica de papel primero y después, de azulejos.

Aunque no se sabe con exactitud cuándo fue construido, su datación aproximada es de las primeras décadas del siglo XX, siendo hito de su actividad el gran fumeral que lo corona, que actualmente se encuentra en estado de restauración y que cuenta con una base octogonal y una decoración bastante discreta. Además, forma parte también de la antigua fábrica el pabellón norte, una nave de tipo fabril con techumbre a dos aguas y una armadura de hierro de tipología inglesa que sustenta la cubierta en el interior de la nave.

El conjunto de las edificaciones de la antigua escuela como las de la antigua fábrica forman una planta en U. Es muy importante el actual desempeño de la Escuela de Capataces, ya no solo por la formación que ofrece sino porque permite una conservación viva y funcional del patrimonio. Además, en sus inmediaciones se conservan dos barracas con los elementos históricos que pertenecen a este tipo de construcción, que formaron parte de un proyecto para convertirse en museo etnológico.

Parada 2: Motor del Puerto.

Los motores son edificaciones relacionadas con los campos de cultivo. Estos elementos del patrimonio industrial e hidráulico son importantes en cuanto a que nos permiten conocer la historia de nuestro entorno. En origen, estos inmuebles cumplían la función de extracción de agua o desagüe del agua sobrante de las inundaciones del arroz.

Este motor, situado en el histórico Camí del Port y de donde recibe su nombre, está datado de principios del siglo XX. Anteriormente estuvo junto a un restaurante y además del edificio original, ha tenido otros similares en su conjunto. Sabemos que en algún momento este motor funcionó a vapor dado que todavía conserva el arranque de una chimenea de planta octogonal. Sin embargo, actualmente podemos observar una torre eléctrica que nos habla del desarrollo energético que llevó a cabo este motor. Además, al estar a un metro de elevación del agua de la acequia del puerto, sabemos que la función de este motor era la de extracción del agua para la inundación de los campos, mientras que otros a mayor distancia y menor altura se encargarían de la devolución de estas aguas a la acequia.

En algunos momentos de su vida productiva este motor ha estado averiado y, por lo tanto, pausado su actividad productiva. Sin embargo, aproximadamente hasta los acontecimientos catastróficos del pasado 29 de octubre, este motor ha estado en funcionamiento. Actualmente es uno de los inmuebles afectados por la DANA del municipio y se encuentra abandonado.

Parada 3: Puerto de Catarroja.

El puerto de Catarroja es uno de los espacios testigos de las diferentes tradiciones que caracterizan al municipio. Al ser uno de los embarcaderos con los que cuenta el Parque Natural de l’Albufera es un lugar bastante frecuentado, tanto por patrimonio natural como por la cantidad de pescadores y agricultores que trabajan en su entorno. Es un puerto natural, también denominado como lacustre, que conserva prácticamente su morfología original. Además, el puerto recoge el agua de la acequia con la que comparte nombre.

En sus inmediaciones cuenta con otros elementos de interesante valor, como lo es la grúa, parte del patrimonio industrial del puerto, que se utilizaba para la botadura de barcas, el panel cerámico de San Pedro, datado de 1916 o la emblemática «Casa Baina». Es uno de los lugares emblemáticos de Catarroja que cuenta con testimonios, parece ser, desde los íberos. Sin embargo, de lo que se tiene certeza es de que el Puerto de Catarroja fue un puerto romano. El puerto de entonces se ubicaba hacia el final de la acequia de la Rambleta, pero por necesidades de uno más grande, se reubica donde lo conocemos ahora. Sufrió también grandes cambios en el siglo XVI y posteriormente entre los siglos XIX y XX, dándole el aspecto que conocemos hoy en día.

Dentro de las tradiciones que rodean al Puerto se encuentran por ejemplo el All i Pebre con la pesca de la anguila, la navegación de Vela Latina, la Festa de la Sega de l’Arròs donde se ponen en valor los procesos y tradiciones de este cultivo, o la romería y misa de Sant Pere al Port, tradición recuperada por los vecinos de las Barracas que se quiere declarar Fiesta de Interés Turístico. Es muy importante también la gran actividad de los pescadores en el puerto, instalándose allí la Comunidad de Pescadores y siendo parte de las diferentes tradiciones, además de tener un gran papel en la conservación de estas y los distintos elementos patrimoniales de la marjal, manteniéndolos vivos.

Parada 4: Camí del Port.

Los caminos son también parte de nuestro patrimonio y nuestra historia. Destaca el Camí Reial, camino que ocupa el paso de la antigua Vía Augusta y hacia el cual la población desde el núcleo fue expandiéndose. Este camino (antiguamente conocido como “Camí de Xàtiva”) va desde Xàtiva hasta València, aunque debe su nombre debido a que forma parte de la primera red de carreteras del camino real hasta Madrid a mediados del siglo XVIII. También es importante el puente que cruza el Barranc de Torrent y que conecta con Massanassa, siguiendo este camino real, de 1767 realizado por Vicente Gascó.
El camino en el que nos encontramos actualmente es un camino histórico que vertebra tanto el puerto como el conjunto de la marjal de Catarroja hacia la Albufera. El acceso desde el núcleo urbano de Catarroja hasta la Albufera en el siglo XVI era muy complicado. Para acceder al puerto la única vía era desde Catarroja y no se podía acceder desde València, además de que se debía acceder a pie dado que era un camino muy estrecho y deteriorado, por lo que no se podía acceder con carruaje. Era importante tener un camino accesible ya no solo por motivos comerciales y laborales sino porque la burguesía de la ciudad accedía al puerto como lugar de recreo.
Los propios vecinos presentaron el proyecto del camino a los señores de Catarroja y estos aceptaron. Para poder llevarlo a cabo se tuvo que derribar una casa y expropiar algunas tierras. Finalmente, el camino se construye a finales del siglo XVI, comenzaba desde el Camí Real hasta el puerto y se pavimenta a mediados del siglo XX. Gran parte de este camino es el que conservamos hoy en día, aunque con claras modificaciones a través de las cuales podemos vislumbrar el antiguo Camí del Port, que todavía utilizamos como acceso principal al Puerto de Catarroja.

Parada 5: Sèquia del Port.

La Acequia del Puerto de Catarroja es una de las que forman parte del sistema de regadío de la población. Nace en el puerto y se alimenta de la Acequia de Favara, la acequia madre. Recorre la parte central de la marjal de Catarroja y desagua en la Albufera junto al Tancat de la Pipa. Son importantes también la Acequia de Catarroja y la Acequia de la Font de la Rambleta.

 

Este sistema de regadío es histórico y como dice el cronista de Catarroja, Pelegrí Llorens, «Porque decir Catarroja es decir Albufera. Y al contrario». Pero la Albufera no ha lucido siempre como la conocemos, dado que no era un lago, sino que estaba abierta al mar, hasta que aproximadamente hacia el año 4.000 a. C. se forma la barra litoral que la separa del mar. Posteriormente, su tamaño ha disminuido considerablemente. Los primeros testimonios escritos del lago son de época romana, así como los objetos encontrados en el territorio de la marjal. Además, se cree que hasta que la sociedad árabe no comenzó a instalar sus sistemas de regadío, el agua de la Albufera era salada, de los que también conservamos el nombre del lago (Al-Buhera). Posteriormente, Jaume I la incluye en su Real Patrimonio. Y es ya a partir del siglo XVI cuando los pescadores comienzan a dedicarse también al cultivo del arroz en la marjal y en el siglo XVIII ya eclipsa al resto de actividades de la zona.

Parada 6: Motor de l'Alfarerenc.

Los motores son esenciales para la actividad arrocera, dado que sirven para obtener agua cuando esta se encuentra a un nivel inferior y por lo tanto hay que elevarla para poder regar el campo. También hay otros dos tipos, aquellos que desaguan los campos y los que extraen agua de un pozo. Sin embargo, los motores más antiguos datan aproximadamente del siglo XVIII. Entonces, si el cultivo de arroz se generaliza en el siglo XVI, ¿cómo regaban los campos? con el agua de las fuentes, acequias y de la Albufera. Con la introducción de los motores se permitió también cultivar en aquellos terrenos elevados por encima del nivel del agua y poder drenar aquellos que se regaban con el agua de la Albufera. Aunque antes de los motores, se probaron otros avances tecnológicos para desaguar como las «palancanas» (una rueda con cajones que iba tirando el agua a la acequia, con fuerza humana), sènies (una especie de noria, también herencia árabe). Es ya a finales del siglo XIX cuando podemos encontrar los primeros motores a vapor.

La mayoría de los motores reciben el nombre por la partida o el tancat al que pertenecen, aunque también es posible que reciban su nombre por el apodo del motorista a cargo. En este caso, es debido a que el motor se sitúa en el Tancat de l’Alfarerenc. Los campos a los que abastece este motor están al nivel del agua, por lo que es imprescindible para las dos tareas, tanto de inundación como de drenaje del agua. El edificio que guarda el propio motor es sencillo, de cubierta a dos aguas. Además, cuenta con otros edificios adosados a él entre ellos, uno dedicado a albergar la maquinaria y herramientas del campo. Sin embargo, el elemento que más destaca es la torre de toma eléctrica, sobre todo debido a sus grandes dimensiones. Es por este elemento que sabemos que el Motor de l’Alfarerenc funcionó como motor eléctrico, aunque previamente podría haber funcionado con otros tipos de energía.

Además, este motor es también característico por su cercanía con otro inmueble, el «Remidio del Rosario», identificado a través del panel cerámico que indica también su fecha de construcción: 1914. Este edificio es también conocido como la «Casa de l’Alfarerenc» por su cercanía con el anterior. Los dos, al estar situados a la orilla de la Acequia del Puerto de Catarroja, cuentan con una gran afluencia de visitantes y pescadores.

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